Vaya morro
Un joven de 25 años ha sido ayer obligado por un juez a marcharse de casa de sus padres. El chaval no trabaja ni estudia, y había denunciado a sus progenitores porque éstos no le daban 400 euros al mes que el necesita para pegarse la vida padre sin dar un palo al agua. ¿Son estos jóvenes ni ni (ni trabajan ni estudian) los que salieron hace poco más de quince días a protestar por que no tienen oportunidades ni expectativas en España? No me lo creo. O no me lo quiero creer, porque de ser así, apañados estamos en este país. Menudo futuro nos espera. Pienso que la mayoría de los jóvenes tienen inquietudes y poco a poco saldrán adelante. Cada a uno a su manera, pero saldrán. Y es que vaya morro el tío. Cada vez que lo pienso me incinero. Cuatrocientos euracos al mes sin moverse del sofá. Menos mal que el juez ha actuado rápido y bien, aunque no deja de ser asqueroso y deprimente que un hijo y sus padres tengan que llegar a esto. Pero parece que es lo que hay. Todos hemos tenido 25 y menos años. Todos nos hemos divertido a esa edad y nuestros padres más no nos han podido facilitar la vida. Hasta la darían por nosotros llegara el momento, cosa que al revés no sé si ocurriría. Al leer esta noticia me ha venido a la memoria la Mili. Vaya por delante que yo no la he hecho. Me libré porque estaba estudiando y, a base de prórrogas, me quedé sin hacerla. Muchos de mis amigos, aparte de mi padre y otros familiares, sí que han estado en la Mili. No me hubiera importado hacerla, dicho sea de paso. Todos los que han hecho la Mili, sea en el lugar que sea, coinciden en que es una etapa de la vida que merece vivir. Todos dicen que hicieron amigos para toda la vida. Que aprendieron a convivir, a respetar, sobre todo a los superiores, y especialmente, a ser responsables. Y aprendieron también que la vida no es moco de pavo y que si no espabilas no coges el tren y te quedas en el andén esperando a que llegue otro tren que viene sin destino y sino horario fijado. No es que quiera que vuelva la mili a España. Pero a muchos de estos jóvenes de hoy no les vendría mal un periodo de intrucción al estilo castrense para aprender este tipo de valores que he mencionado antes, y que creo que es lo más hace falta en España.
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