Un poco de por favor

Leo hoy en La Razón, que la Delegación del Gobierno de España en Madrid, cuya titular es la socialista leonesa Amparo Valcarce, ha decidido parar los pies a los convocantes de una absurda e irrespetuosa procesión atea que se iba a celebrar el próximo Jueves Santo por las calles de la capital de España. Buenas noticias y rápida actuación la de la delegada del Gobierno. No tendrán más días al año que salir a tocar las narices los susodichos. España es aconfesional. De acuerdo. Pero también se respeta el derecho de cada uno a expresar su libertad religiosa. Y España es, aunque a algunos les escueza, eminentemente cristiana. Más de un millón de cofrades desfilarán estos días por las calles y plazas de pueblos y ciudades de toda España. Los ataques a la Iglesia Católica no son nuevos, y la palabra de Dios se sigue transmitiendo a pesar de todo. Son ya más de dos mil años de historia. Creo que la Iglesia ha demostrado que sabe defenderse sola. La procesión atea de este Jueves Santo es, lo llamen como la llamen, una provocación a los cristianos en toda regla. Ya está bien. Lo que me hace gracia es que esta gente anticristiana luego no hace lo mismo contra los musulmanes u otras creencias. Les tienen miedo. La sombra del terrorismo es alargada. No son igual de tolerantes cuando por medio está Mahoma. También es una provocación lo que está ocurriendo en la Universidad, donde "jóvenes universitarios progresistas y tolerantes" están asaltando las capillas universitarias, como la de la Complutense de Madrid, tratando de evitar que allí se celebren Misas. Algo que, por otra parte, está permitido gracias a un acuerdo del Gobierno con la Iglesia hace ya más de veinte años. También es de juzgado de guardia, lo que pasó en la Universidad de Valladolid a finales del año pasado cuando el cómico Leo Bassi se permitió el lujo de repartir presevartivos vestido de Papa entre los asistentes a la "supuesta" conferencia que dio en el Paraninfo de la Universidad, como si estuviese celebrando la consagración cristiana. Y gracias a la inestimable ayuda del rector masón de la Uva, Marcos Sacristán. Un hecho que está ahora mismo en los juzgados. Y es que este tipo de actuaciones provocan, molestan y ofenden a millones de personas en el mundo de forma grosera y con poco gusto. Y sin ton ni son. Pero es lo que hay. Yo lo único que pido desde este humilde blog es un poco de por favor. De respeto a los demás. Y ya puestos a protestar, ir contra todos por igual.

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