Alcaldes
El pasado jueves escribí, indignado, un artículo sobre el alcalde socialista de la localidad barcelonesa de Mollet del Vallés, un tal Josep Monrás. ¿El motivo? que el pleno del ayuntamiento aprobaba, con el apoyo del PP y CIU, que manda cojones, que este fulano se suba el sueldo hasta los casi 70.000 euros. Dedicación exclusiva, decía. Me lo merezco, pensaba, como Míchel cuando marcó tres goles en el Mundial de Italia contra Corea, con el dedo índice hacia arriba. El pueblo le está persiguiendo allá por donde va, como si fuera un moroso. No me extraña. Con la que está cayendo en España, no es la mejor forma de empezar un mandato. Pero le da igual. Tengo familia e hijos que alimentar, seguro que dijo para sí. Los 'molletenses' -que digo yo que se llamarán así los de este pueblo de 53.000 habitantes, le están poniendo de ladrón hacia arriba y llamándole de todo menos guapo, que por cierto tampoco lo es, ya que tiene una cara de anacleto que no puede con ella. Imagino que tendrá pensado algunos arreglos faciales y estéticos con lo que va a ganar a partir de ahora. Al César, lo que es del César. Le espera una legislatura de aúpa. Que le den. Él se lo ha buscado. Vivimos tiempos difíciles. La austeridad manda. No hay trabajo ni expectativas, que es lo peor. Los políticos están en entredicho, desprestigiados. Se les mira con lupa. Por eso, decisiones como subirse el sueldo no están bien vistas. No es el único el tal Monrás. Y para que veáis que me mojo y no me caso con nadie sean del color que sean, aunque también presionado por mi compañero de trabajo y amigo, el Mata, hoy el palo se lo doy al alcalde del PP de mi pueblo, Peñafiel. Cuna de la ribera del Duero y con castillo majestuoso que abraza y da cobijo a los peñafielenses cada día. Su primer edil se llama Roberto, el 'mochilo', para los enemigos. Ya sabéis que en los pueblos esto de los motes está a la orden del día. Desconozco si mi alcalde sabe que le llaman así a sus espaldas. Pero me la suda. No tengo nada en contra de él. Acaba de empezar, aunque mucha gente está a la expectativa y con ganas de pillarle. Tiene una tarea difícil. Su antecesor le ha puesto el listón muy alto. Roberto tiene cara de alcalde. Igual nació para gobernar en Peñafiel, como Cristiano Ronaldo lo hizo para jugar en el Madrid. Dice el refranero que conocerás a fulanillo cuando le den un carguillo. Y muy a mi pesar, tampoco nuestro 'mochilo' ha empezado con muy buen pie su mandato. El pleno del pasado jueves aprobaba con el apoyo mayoritario del PP y los votos en contra de PSOE y CI, que el sueldo del alcalde por su dedicación exclusiva será de 40.000 euros. O lo que es lo mismo tres mil quinientos euros al mes de nómina. No está mala para los tiempos que corren. Con ese dinero puedes ir a merendar de restaurante como mínimo todos los sábados. El que le precedió, Félix Ángel, cobraba la mitad, si bien es cierto que era autónomo y podía seguir trabajando de sus empresas. Nuestro actual alcalde argumenta que tendrá que dejar su trabajo para dedicarse en exclusiva a servir y mejorar la calidad de vida de los peñafielenses, aunque también ha dicho que si puede compaginar su trabajo con la alcaldía no cobrará sueldo. Menos es nada. Aunque nadie se cree que vaya a compaginarlo. Yo al menos, en su lugar, no lo haría, hay que ser justos y reconocer las cosas. ¿Es mucho o es poco 40.000 euros? Según lo veas. Si lo comparamos con nuestro alcalde socialista de Mollet del Vallés, hay que decir que Peñafiel tiene cinco mil y pico habitantes por los 53.000 de la villa catalana. Por esa regla de tres, si el barcelonés cobrará 70.000 euros para atender a toda esta población, y el de Peñafiel treinta mil euros menos para servir a apenas seis mil ciudadanos, la verdad es que al final me va dar pena el alcalde de Mollet y voy a pensar que mi alcalde se lo va a llevar crudo. Pero bueno, todo es según la óptica conque mires la escena. Pero insisto, ¿Es mucho o es poco sueldo? El tiempo lo dirá. Es como en el fútbol, si fichas a un jugador como Ronaldo y te gastas cien kilos pero luego resulta que mete goles, te hace ganar títulos y además es rentable para el club a nivel publicitario, pues al final resulta que la pasta gansa que te gastaste estaba bien invertida. Y al revés, te puedes gastar veinte kilos por un jugador que luego te sale rana, y es dinero que has perdido y no recuperas. Pues con el alcalde pasa lo mismo. Si dentro de cuatro años resulta que Peñafiel crece social y económicamente y somos la hostia, como se suele decir vulgarmente, pues los 40.000 euros de nuestro 'mochilo' estarán bien empleados. De no ser así, pues ya sabremos el final. Habrá otro alcalde en 2015. Es la Democracia. No ha sido la mejor forma de empezar a gobernar en Peñafiel y esta decisión le va a estar persiguiendo toda la legislatura. Llegará incluso a desear no haberse subido el sueldo. De él depende en estos cuatro años su futuro, pero ya ha gastado una vida, como en los videojuegos.
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