¿Democracia?
Defraudado. Así me siento. Reconozco que cuando estalló el movimiento 15M me sentí identificado con estos miles de jóvenes que salieron a la calle de forma espontánea, o al menos esa impresión dio este levantamiento social, que empezó a acaparar el protagonismo apenas unos días antes de las elecciones.."Ya era hora" creo que grité, harto ya de que la mejor generación de españoles en cuanto a preparación se quedara en casa sentada viéndolas venir, con la que está cayendo y caerá todavía en España. Aunque también pensé mal, he de reconocer: "Ya está el Rubalcaba haciendo de las suyas", me dije. Las reivindicaciones de estos jóvenes indignados me parecían más que correctas. Fin a la corrupción política. Y de los privilegios de sus señorías. Separación de poderes. Reforma de la ley electoral. Empleos dignos. Acceso a una vivienda decente.. En definitiva, una Democracia Real. Solo un pero. Estos chicos, quizás abducidos por algunos comunistas que andaban sueltos por las distintas acampadas españolas, piden también el final de la Monarquía y la instauración de la III República. Y por ahí no paso. Aunque se aguanta, ante el escaso interés que esta petición tiene entre la sociedad, mayoritariamente monárquica. Pero pasan los días y me preguntó qué pinta toda esta gente ya de acampada, perjudicando a los pobres comerciantes de las zonas de cámping, a los que nadie les va a devolver lo que han perdido ni van a contar con un plan de salvación al estilo de Renault o Nissan e incluso de la Banca, para salir adelante. Estos jóvenes ya han dicho lo tenían que decir. Mensaje captado. Cada uno a su casa. Y a luchar de otra forma. Se les está haciendo larga la acampada y se quedan sin ideas ni recursos. Y cuando fallan las ideas o los recursos, entra en escena la violencia. Ya dije en un artículo anterior, que las grandes conquistas sociales siempre se han conseguido a base de sangre, sudor y muchas lágrimas, quizá demasiadas. Y los últimos acontecimientos en Barcelona me están empezando a dar la razón. Mucha gente se pregunta ahora que será lo siguiente y si merece la pena seguir así. Este movimiento ha perdido su credibilidad. El asunto se está desmadrando y a estos indignados se les está yendo de las manos el asunto. Porque resulta paradójico que se pida Democracia, y después bloqueen con inusitada violencia diría yo para ser un movimiento pacifista, según dicen, el Parlamento catalán impidiendo la entrada de los diputados. Que podrán ser unos jetas y unos vividores, no lo discuto, pero así no se hacen las cosas. Eso no es Democracia ni es nada. Eso es violencia callejera o 'kale borroka', como les gusta decir a los progres. Aunque a mi me gusta decir fascismo. "O estás conmigo o contra mi" es el lema de estos que se hacen llamar indignados. Y eso, insisto, no es Democracia. No sé que ocurrirá en los próximos días, pero o las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado toman cartas en el asunto o acabará mal. Me pregunto que hubiera pasado si me da por montar un chiringuito en Puerta del Sol para vender camisetas y mecheros, que tengo en casa para dar y tomar. ¿Me hubiese dejado Rubalcaba? No creo. En media hora estaba listo. ¿Y si me encadeno o me pongo gallito? Fácil y rápido: al calabozo. Esto es lo que hay. Ahora en Grecia se suman a la causa. He visto más banderas de España en Atenas estos días que en la final de la Copa de Europa del Barsa o que en los Ayuntamientos del País Vasco, que se han constituido estos días. Así que nada, esperaremos acontecimientos. Aquí en Valladolid, no recogen de momento. He visto a uno esta mañana tender la ropa, así que imagino que tendrá previsto quedarse unos días más como huésped.
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