Mision completed

Y encima era del Barsa el cabrón. Y dale con la manita
Lo dijo George Bush hijo hace casi once años, tras el atentado de las torres gemelas. "Wanted.  alive or dead". Se busca, vivo o muerto. Y ocurrió lo segundo. Con un poco de retraso, sí, pero se cumplió el objetivo. Los EEUU siempre triunfan en el cine y en la vida real. Me imagino a los Navy Seals como en las películas, de la mano del coronel Braddock o Chuc Norris, inflitrándose en territorio hostil. Esquivando los radares enemigos y adentrándose en la casa del asesino custodiada por su guardia pretoriana, en una tranquila pero intrigante madrugada paquistaní. El comando preparado y esperando la orden que no llega de la Casa Blanca para ejecutar el plan. Obama da el OK por videoconferencia con el pulgar hacia abajo como en la época romana y los guerreros del siglo XXI asienten con la cabeza. Llevan cuatro años esperando este momento, desde que dieron con una pista sobre el paradero del que da nombre a los billetes de quinientos euros. Que por cierto, habrá que cambiarles el mote. Fallar no está en el manual  ni en el diccionario de los Navy Seals. Muerte antes que deshonor. Esto último lo aprendí de mi primo el Vaque. Misión completed. Congratulations. You are the heroes of the United States. Thank you. Volvemos a casa.
Júbilo mundial. Los americanos lo celebran en la calle. Los israelíes también. Incluso en Palestina. Lo nunca visto. Y en España, tímidas reacciones. Lo esperado. Ni una mala palabra ni una mala acción. Como Butragueño en sus tiempos. No sea que se enfaden los musulmanes y ataquen España, país enemigo del Islam. Las únicas reacciones, aunque esperadas, salen de boca del vicepresidente Rubalcaba. Y son para felicitarse de la muerte de Osama y para recordar que Ben Laden fue el instigador de la masacre de Madrid. Miente. Una vez más. La sentencia del 11-M no dice por ningún lado que fuera el la cabeza pensante de los hechos. Tampoco él reclamó la autoridad del atentado, como sí hizo con el de las Torres Gemelas, el del metro de Londres o los atentados de Indonesia y Casablanca, donde por cierto, salvó la vida de milagro Esperanza Aguirre. Pero Rubalcaba miente a sabiendas porque le interesa que la sombra de Al Qaeda esté detrás. Sabe bien que el 11-M es un batiburrillo en el que las pruebas se han manipulado por todos los lados. Aún no se sabe el arma utilizada. Es decir, el tipo de explosivo que se usó. Y varios moros de poca monta son los que han pagado los platos rotos, aparte del asturiano que traficó con explosivos. No se sabe quién fue el ideólogo de todo. O sea, que no sabemos nada, después de siete años y miles y miles de folios de sumarios judiciales. Con este material sí que se podría hacer una película buena. En EEUU ya la habrían hecho para cargarse al Gobierno.
Pero bueno, en lo que a mi respecta, me alegro que se hayan cargado al Ben Laden este. Aunque quede un poco así. Alguno saldrá diciendo -seguro que algún Zerolo de turno o procastro y chavista de estos que abundan por ahí, que son rojos por dentro y verdes por fuera- que es un asesinato en toda regla. Y querrán juzgar a Obama por ello. El buenismo de siempre. Hipocresía barata. Aunque bien pensado, el presidente americano cae bien en el mundo en general. Si fuera Bush, otro gallo cantaría. Yo pienso que más que un asesinato ha sido un ajusticiamiento. Se lo merecía el cabrón. El mundo vivirá más seguro. Pero unos días solo. Por que ya saldrá otro cabrón parecido o peor. Dice el refrán que más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer. Y si no, al tiempo. La gente ya reivindica que dejen subir el champú y la colonia a los aviones. Tampoco es para tanto. Un poco de por favor.

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