languidecen
Hola a todos. Ando un poco liado estos días y no he podido escribir mi wanted diario como quisiera. Para el que no lo sepa me encuentro desde el pasado viernes de campaña electoral siguiendo por toda la Comunidad al candidato socialista a la Junta, Óscar López. En territorio enemigo. Como si fuese en el autobús del barsa. Que por cierto, se parece, puesto que es de color rojo -como no podía ser de otra manera-, pero con toques azules en los lados y el techo. Pese a ello, me siento bien. Cómodo. Me tratan bien los camaradas. Se lo montan bien. Además, voy de reinón. Soy el periodisto del viaje. Ocho mujeres periodistas y yo. No me he visto en otra. Como un marajá. Soy el niño en el bautizo, el novio en la boda y el muerto en el entierro. Pero para mi está siendo una experiencia profesional nueva y muy gratificante. Llevamos en cuatro días más de mil kilómetros recorridos. No exagero. Y lo que nos queda. Hoy cuando leais este artículo estaré po Cuéllar, Cantalejo o Arévalo, que son los pueblos donde haremos parada y fonda, antes de concluir por la noche en Medina del Campo. Sin tregua. Y lo que nos queda. Once días y muchos más kilómetros. Haciendo un balance de este inicio de campaña, me llaman la atención los mitines. Me dijo un día me jefe, hace unos años, que los socialistas tienen mejor puesta en escena. Venden mejor su producto. Y que los simpatizantes mueven como nadie las banderitas del puño y la rosa. Hasta ahora. Si algo he comprobado estos días, es que no hay euforia. Hay derrotismo. No se lo creen. Zapatero languidece a pasos agigantados y a los demás se les ha acabado el discurso. El PP, sin hacer nada, porque por no hacer no van ni a debatir con el PSOE, se va a llevar la victoria con la gorra. Sin bajarse del autobús. El mitin de ayer en Miranda de Ebro fue de traca. El más triste de la historia. Poca gente. Pocos aplausos. Y, lo peor de todo, ninguna propuesta y muchas críticas y acusaciones al PP. Aznar vuelve a escena. Le culpan de la crisis que vive España desde hace tres años y medio, y de habernos metido la guerra de Irak.También la derecha extrema. Ya solo faltan las pensiones y el miedo a que venga el lobo vestido de gaviota del PP. Y me parece un discurso rancio, reseteado, a la desesperada. Que no cuela. Dan sensación de derrota. Se nota en la cara, en los gestos. Languidecen.
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