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El yerno de Maradona ha logrado 101 goles en cuatro años |
Me gusta acudir al diccionario de la Real Academia de la Lengua Española (RAE) cuando tengo dudas o no me gustan algunos adjetivos que se utilizan para describir o calificar a alguien o a algo. Y la palabra mercenario, actualmente muy en boca de todo el mundo en el ámbito deportivo, y más concretamente en el fútbol, es una de ellas. Mercenario se puede utilizar como adjetivo y significa: el que percibe un salario por su trabajo o una paga por sus servicios. También se usa como nombre masculino y su significado es el de un hombre que desempeña por otro un empleo o servicio por el salario que le da. Todo esto viene a cuento por la decisión del Kun Aguero de marcharse del Atlético de Madrid -todavía no se sabe adonde-, aunque todo apunta al gran rival de la acera de enfrente del Manzanares, el Real Madrid. La afición, dolida, como no podía ser menos, ya le tacha de mercenario. Y le auguran un recimiento hostil si regresa a territorio indio con la casaca vikinga. Se habla ya de cabezas de ternero o de vaca, para superar la de cochinillo hacia Figo en el Campo Nuevo de Barcelona -por cierto aún sin sanción-. Aguero ha estado cuatro años en el Atlético. 101 goles le avalan como uno de los grandes del club en su larga y grande historia. Donde ha logrado dos títulos y alcanzó una final de Copa que perdió ante el Sevilla. ¿Es Aguero un mercenario por irse? ¿Lo sería más por marcharse al Real Madrid que al Chelsea por poner un ejemplo?¿Lo es menos De Egea, que se va al Manchester, por ser de la cantera? Aguero se marcha por lo mismo que FernandoTorres hace unos años. Porque son jugadores que para alcanzar su plenitud futbolística deben jugar en un grande de Europa, y el Atlético de Madrid, desgraciadamente, ya no lo es. Porque el club está sin un duro. No hay proyecto deportivo. Este tipo de jugadores se estancan y por muchos años que sigan no evolucionarán más. Sería pero retenerlos contra su voluntad. Salvo que se haga un equipo campeón, con grandes jugadores, en torno a él. O dicho de otra manera. hay que gastarse la pasta como hace el Madrid o el Barcelona. Y no vender lo bueno que ya tienes.¿Es justo llamar mercenario a un jugador que lo ha dado todo por una camiseta pero que cree que ha llegado su hora de partir para mejorar? ¿No es lícito que cada uno se gane las habichuelas donde quiera si piensa que es lo mejor para él y su familia? ¿No haríamos nosotros lo mismo en nuestro trabajo si nos ofrecen más dinero y mejores horarios en otro empleo? ¿De qué hablamos en el fútbol? ¿De romanticismo? Eso ya no existe. Solo vale ganar y ganar. Dinero y títulos. Si hubiese bajado el Atleti a Segunda al Kun le echan a patadas. Acordaros de Kiko, al que le desearon la muerte y le llamaron cojo cabrón cuando bajó a Segunda el Atleti hace unos años. Entonces, ¿qué diríamos? ¿Sería justo? Tanto el Kun como todos los que trabajamos para una empresa somos unos mercenarios puesto que recibimos un salario por el desempeño de un trabajo o servicio. Vale ya de hipocresía. Al menos el delantero argentino, yerno de Maradona, ha tenido huevos de decir que se quiere ir y no como Gil Marín o Cerezo, que lo sabían desde hace tiempo y quieren venderle porque ganarán pasta, aunque no lo reconocen públicamente. ¿Quién es más mercenario: el Kun o los mandamases del club? Lo del amor eterno a unos colores es una milonga. Y no digo que el Kun no sienta los del Atleti. Que seguro que sí. Y que le da pena irse. Pero no es tonto. Y si tiene la posibilidad de fichar por el Madrid o el Barsa, se irá. Porque los trenes importantes pasan una vez en la vida. Y hay que saber cogerles a tiempo y, sobre todo, conocer su destino.
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