La nueva socialdemocracia
A todos nos gusta vivir bien. No conozco a nadie que prefiera comer choped antes que jamón ibérico. Ni tampoco a quien prefiera quedarse en casa durante el verano antes que estar en la playa o en un chiringuito tomándose un gin tonic de Martin Miller como le gusta a mi amiga la banquera, la Pilarín. Si se puede conducir un Mercedes o que te lleven en limusina, también es mejor y más llevadero que ir al mando de un Ford Focus, o tener que montar en autobús urbano. Sobre todo en Valladolid, donde no hay más que semáforos y paradas. Y se hace eterno el viaje. Más largo que un día sin pan o lechuguino, o que estar a dieta. Una casita en primera línea de playa siempre es más apetecible que ir a un hotel, con toda la chusma extranjera por ahí suelta, con sus horarios culinarios tan poco adecuados y recomendables para los españoles, pero también autóctona, con suegros y suegras incluidos, y salvajes criaturas corriendo y gritando por el hall. Es mejor un rinconcito apartado. Exclusivo. Vip.
Todo esto viene a cuento por nuestra ministra de Sanidad, la 'funcionaria' Leire Pajín. Que está veraneando por la gorra en Menorca, según publica La Razón hoy. En un lugar paradisíaco y privilegiado, pero destinado a los funcionarios de la Sanidad, que deben pasar un proceso de selección, en el que puntúan la falta de recursos y el número de hijos por encima de cualquier otra circunstancia. Y la Pajín incumple las tres premisas. Porque ni es funcionaria, ni está carente de recursos económicos, y ni tiene hijos. Pero es ministra. Y socialista. Ese partido que defiende la igualdad de todos y todas, y lucha contra la injusticias de la vida como ninguno. Bien está recordar que ha pagado de su bolsillo estas mini vacacione,. No se si 180 o 500 euros, que es lo que cuesta estar quince días en la residencia de la Isla de Lazareto, construida en el siglo XVIII bajo el trono de Carlos III. Un lujo franquista que aún hoy se mantiene. Ley de Memoria Histórica. Estatuas de Franco fuera y retirada de calles. Pero privilegios como este y otros muchos, como la extra de Navidad y verano, no se eliminan. Todos nos acostumbramos a lo bueno. Y es que fue el dictador, no se si autoritario o totalitario, el que concedió este lugar de descanso en Menorca a los funcionarios con menos recursos de la Sanidad. Eran otros tiempos. Ya se sabe el dicho de tengo más hambre que un maestro de escuelas, que bien podría aplicarse a otras profesiones de la época. Pasa también con los militares, que disponen de lugares y residencias donde pueden veranear por la patilla. Es lo que hay. Los autónomos no tienen tantos privilegios. Pero el problema es que la ministra se ha colado el fin de semana que ha estado allí. Se ha aprovechado de su cargo para disfrutar de ese lugar por delante de otros que estaban en lista de espera mucho antes que ella. Es la nueva socialdemocracia europea, acomodada clase alta, que disfruta de los parabienes de la vida. Eso de defender al trabajador ya no se lleva. Ahora se lleva relacionarse con los banqueros y los poderosos. Ahí tienes al francés acusado de 'violador', ex director del FMI y socialista de pro, que ahora gracias a su abogado parece que se va a librar de la presunta emboscada que le preparó una trabajadora de un hotel. Al que le persigue su fama de vividor y juerguista. Solo una cosa más sobre la Pajín. No me gusta que se la esté machacando en los medios por darse ponerse un bikini en la playa y mostrar su body, que queda más progre. Si quiere enseñar tetas pues que las enseñe. Está en su derecho. Y no me gusta que sea noticia por eso. Ante todo es una ministra de España. Y merece su intimidad.
Todo esto viene a cuento por nuestra ministra de Sanidad, la 'funcionaria' Leire Pajín. Que está veraneando por la gorra en Menorca, según publica La Razón hoy. En un lugar paradisíaco y privilegiado, pero destinado a los funcionarios de la Sanidad, que deben pasar un proceso de selección, en el que puntúan la falta de recursos y el número de hijos por encima de cualquier otra circunstancia. Y la Pajín incumple las tres premisas. Porque ni es funcionaria, ni está carente de recursos económicos, y ni tiene hijos. Pero es ministra. Y socialista. Ese partido que defiende la igualdad de todos y todas, y lucha contra la injusticias de la vida como ninguno. Bien está recordar que ha pagado de su bolsillo estas mini vacacione,. No se si 180 o 500 euros, que es lo que cuesta estar quince días en la residencia de la Isla de Lazareto, construida en el siglo XVIII bajo el trono de Carlos III. Un lujo franquista que aún hoy se mantiene. Ley de Memoria Histórica. Estatuas de Franco fuera y retirada de calles. Pero privilegios como este y otros muchos, como la extra de Navidad y verano, no se eliminan. Todos nos acostumbramos a lo bueno. Y es que fue el dictador, no se si autoritario o totalitario, el que concedió este lugar de descanso en Menorca a los funcionarios con menos recursos de la Sanidad. Eran otros tiempos. Ya se sabe el dicho de tengo más hambre que un maestro de escuelas, que bien podría aplicarse a otras profesiones de la época. Pasa también con los militares, que disponen de lugares y residencias donde pueden veranear por la patilla. Es lo que hay. Los autónomos no tienen tantos privilegios. Pero el problema es que la ministra se ha colado el fin de semana que ha estado allí. Se ha aprovechado de su cargo para disfrutar de ese lugar por delante de otros que estaban en lista de espera mucho antes que ella. Es la nueva socialdemocracia europea, acomodada clase alta, que disfruta de los parabienes de la vida. Eso de defender al trabajador ya no se lleva. Ahora se lleva relacionarse con los banqueros y los poderosos. Ahí tienes al francés acusado de 'violador', ex director del FMI y socialista de pro, que ahora gracias a su abogado parece que se va a librar de la presunta emboscada que le preparó una trabajadora de un hotel. Al que le persigue su fama de vividor y juerguista. Solo una cosa más sobre la Pajín. No me gusta que se la esté machacando en los medios por darse ponerse un bikini en la playa y mostrar su body, que queda más progre. Si quiere enseñar tetas pues que las enseñe. Está en su derecho. Y no me gusta que sea noticia por eso. Ante todo es una ministra de España. Y merece su intimidad.
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