A España, servir hasta morir

El Rey se reunirá a lo largo de la mañana de hoy con Xabier Mikel Errekondo, ex jugador de balonmano y, para más inri, internacional y ex compañero de Urdangarín en la selección española, y al que la ETA a designado como su portavoz en Amaiur para reunirse con el monarca. Don Juan Carlos cumple de esta forma con su obligación, que no es otra que la de servir a España y, en este caso, reunirse con todos los miembros de los partidos políticos con representación en el Congreso de los Diputados, sean del signo que sea, y sea cual sea su ideología u objetivo final, aunque pase por la destrucción de España. Todavía estoy esperando a que el alcalde de San Sebastián, un tal Juan Carlos Izaguirre, marioneta de la banda asesina, perteneciente a Bildu, primo hermano de Amaiur, ponga la foto del monarca en el salón de plenos del ayuntamiento, que retiró nada más acceder al Consistorio. O que vuelva a colocar la pancarta contra ETA en la fachada del ayuntamiento, retirada hace nada. O que se retracte de sus palabras cuando Donosti fue distinguida como Ciudad Europea de la Cultura en 2012 y llegó a decir que no vería con buenos ojos que los Reyes de España o cualquier miembro de la Casa Real acudiera al a inauguración de este gran acontecimiento para los donostiarras. El Rey, como es su deber, recibe en su despacho a todos. Sin distinción. Sean republicanos o radicales. De derechas o de izquierdas. Del centro. Comunistas. Separatistas. De extrema diestra o siniestra. Y también escuchará a los etarras, seguro que muy a su pesar, porque por su mente pasarán las casi mil víctimas y miles de familias destrozadas por una sin razón. Les atenderá con educación y respeto. Y finalmente, me imagino, que, con buenas palabras, les dirá a la cara más o menos que sus ideas son incompatibles con España, pero que espera y desea que su partido contribuya los próximos cuatro años desde sus escaños en el Parlamento al desarrollo y bienestar de los españoles. Dos palmaditas, un apretón de manos y hasta la próxima. Con educación. La misma que no tienen ellos. El alcalde de San Sebastián ya ha dejado claro que no recibirá a sus majestades cuando vayan a San Sebastián a algún acto y el retrato del Rey sigue perdido en el cajón del olvido del Ayuntaminto junto a la bandera de España. Esa es una de tantas diferencias que separan a los demócratas de verdad de los fascistas, que es lo que verdaderamente son esta gente de Bildu y Amaiur. Respeto. Respeto a unas reglas y unos valores. A un país. A una bandera y a una institución y una figura, la Casa Real y el Rey Juan Carlos, auténticos artífices del bienestar y estabilidad en la que vive  España desde hace poco más de treinta años. Don Juan Carlos representa como nadie a España. Su hijo, el Príncipe le sucederá con honor y con la misma dedicación que su padre. España lo primero. Por encima de su familia, como se ha demostrado en el caso Urdangarín. El Rey ha tomado una de sus decisiones más dolorosas apartando de la Casa Real a su yerno, el Duque de Palma. Pero lo ha hecho porque sabe que es lo mejor para España. Ha antepuesto los intereses del país a los suyos y de su hija. Como debe ser. Como su cargo lo merece.  "A España servir hasta morir". Y por cierto, que sepan los que aprovechan noticias de este tipo que afectan a la Casa Real para cargar contra ella y recordarnos que nos cuesta un ojo de la cara a los españoles, que el presupuesto de la Casa del Rey es de nueve millones de euros anuales más o menos. O lo que es lo mismo, cada español aporta de sus ingresos diecinueve céntimos al Rey y su familia.

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