Por un puñado de votos

Si Pérez Rubalcaba gana las próximas elecciones generales lo primero que hará como presidente del Gobierno de lo que queda de España será aprobar la Ley de la Eutanasia, o de muerte digna, como les gusta decir a los progres. Con la que está cayendo. Además, le ha faltado tiempo para decirlo, nada más marcharse el Papa de España. A eso se le llama gratitud ante la visita del sucesor de San Pedro, que ha traído a la capital de España a más de dos millones de jóvenes de todo el mundo. Aparte de inundar las calles de Madrid de alegría, concordia e ilusión y esperanza.Y ni una papelera rota, que conste. No puedo decir lo mismo los cuatro gatos que se reúnen cada año para honrar el orgullo gay, por ejemplo. Más rencor y odio hacia el catolicismo es imposible. Desconozco si Zapatero, en la mini reunión que mantuvo con Benedicto XVI, del que por cierto no se despidió en el aeropuerto cuando se marchaba rumbo a Italia, se atrevió a contarle las intenciones de mister Bacterio si llega a La Moncloa, que lo dudo. Socialismo puro y duro. Le ha costado al Gobierno reconocer los beneficios espirituales y económicos de la estancia del Santo Padre en nuestro país, después de agitar a los medios afines para que dieran más cancha a los laicistas y perroflautas y ofreciendo datos injustos y falaces de lo que iba a costar a las arcas del Estado la visita del Pontífice. En Lloret de Mar esta habiendo un despliegue sin precedentes de cuerpos y fuerzas de seguridad de Estado por la llegada de unos mil o mil pico jóvenes de varios países europeos para emborracharse y drogarse en las discotecas y pubs de esa localidad de Gerona. ¿Acaso este despliegue no cuesta dinero a los españoles? Peor para ellos. Los socialistas se han decantado y ya es evidente su posición de cara a las generales. Se conforman con el puñado de votos que les otorgarán los cuatro ¿indignados? que aún quedan por ahí veraneando por las calles y dando el coñazo, en lugar de tomar nota de lo sucedido en Madrid durante la semana de actos con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud. Tienen suerte los socialistas y laicistas coñazos. Los católicos siempre perdonan. No se ofenden ante tanto insulto. Por cada insulto un rezo. Me gustaría ver a estos que harían si en lugar del Papa el que visita España es el Dalai Lama. No seré yo quien defienda a la Iglesia con más de dos mil años de historia a sus espaldas. Pero paso vergüenza ajena cuando escucho a gente quejándose de la visita del Papa a España. Digo yo que qué le molestará a esa gente el bueno de Benedicto XVI. Los que denuncian el dinero gastado, que es muchísimo menos de lo que se ha ingresado, me gustaría también que dijeran lo mismo de lo que despilfarra el Gobierno para tener contentos y quietos parados a los sindicatos con el dinero de todos nosotros, para que sigan viviendo del cuento. Y ya no me meto en la manifestación anti Papa que permitió la delegada del Gobierno de Madrid y que pudo costar cara. ¿Qué será lo siguiente, quemar iglesias como en los años anteriores ala Guerra Civil? Lamentable. Pero este país es lo que es. La historia nos pone en nuestro sitio. Los españoles siempre envidiosos y tirándonos piedras en nuestro propio tejado. No cambiaremos nunca. ¿Y de los perroflautas, se sabe algo? Se han diluido como un azucarillo. La paz y la concordia siempre vecen ante la violencia y el insulto.

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