Mou

The Special one
Ha terminado la primera vuelta y el Real Madrid es el líder de la Liga, con cinco puntos de ventaja sobre el Barcelona, su máximo rival y probablemente el mejor equipo de la historia. Los merengues han batido el récord de goles (67) y puntos (49). Ha liderado con autoridad su grupo en la Liga de Campeones, siendo el único equipo que no ha cedido ni un solo punto en la liguilla. Y en la copa, a día de hoy, todavía está con vida. Con poca, es cierto, pero el Madrid aún respira. Y si hay algún equipo capaz de cualquier cosa, ése, sin duda, es el Real Madrid. Los de la cofradía del clavo ardiendo. La Orden de los juanitos y camachos. Ese escudo pesa. Y tiene hambre de gestas. Decía que el Real Madrid es el líder de la Liga y su temporada está siendo excepcional. Solo un pero, el Barcelona, y los dos ridículos que los madridistas han hecho contra los culés en Liga y en Copa, la semana pasada. No pueden con ellos. Son un grano en el culo. Una mosca cojonera que los está desesperando. Un perro que no deja de morder. Un cabrón, en definitiva. Lo que en cualquier equipo del mundo se valoraría como una gran temporada, en el Real Madrid no. Perder contra el Barcelona dos veces seguidas en apenas quinces días y en el Bernabéu, no se acepta tan fácilmente. Y cuando de los últimos siete enfrentamientos en el coliseo blanco, cinco han sido victorias azulgrana, y dos empates, algo falla o algo no se está haciendo bien. Aunque igual tampoco se puede hacer mejor. Para mi, Mourinho es el mejor entrenador que puede tener el Madrid. Con Guardiola son los mejores del mundo. Lo están demostrando. Uno ganando títulos en todos los equipos en los que ha estado. Y el otro, marcando época en el Barcelona. Porque ganarlo todo un año puede ser casualidad o una gran temporada. Pero ganarlo todo varios años y de la forma que los está haciendo ya da que pensar. Soy merengue, y no me duele en prendas reconocer la superioridad y hegemonía culé de los últimos tres años. Abruma. Y tres años en la sombra duelen a un madridista, como yo, acostumbrado a ganar. Estamos a poco más de 48 horas de la vuelta de los cuartos de la Copa del Rey contra el Barcelona. Una nueva oportunidad de redimirnos. Es la Copa de su Majestad el Rey, y no un chupito como dicen por la región de Cataluña. Pero no se está hablando de este partido nada. La portada de ayer domingo del Marca ha hecho daño. Mierda de vestuario. Hay un jugador o jugadores que han filtrado cosas. Cosas sagradas. Conversaciones privadas y algunas de ellas duras. Al menos, y dando veracidad a la información, lo que se han dicho ha sido la cara. Sin esconderse. Sin tapujos. Como hombres. Pero el que ha jugado al fútbol sabe que lo se dice en un vestuario nunca debe salir de ahí. Jamás. Cuando se airea fuera es que hay un traidor o traidores. Porca miseria, diría Capello. Mierda de vestuario, digo yo, in spanish. A Mou le están lloviendo palos por todos los lados. Algunos, o muchos, merecidos. Pero otros, muchos también, no se los merece. No se puede decirle al aficionado que paga su entrada que no les escucha. Ni debe escudarse en los árbitros o en la mala suerte ante una derrota contra el Barsa. Ahí se equivoca Mou. También jugando metido atrás. En el Barnabéu no, por favor. Mejor caer con la cabeza alta que de rodillas. Pero tiene razón cuando dice que haga lo que haga, ponga el jugador que ponga a jugar, siempre le criticarán si al final palma contra el Barcelona. Y otra cosa no, pero lo está intentando de muchas maneras. Y no ha dado con la tecla.
Y los jugadores tienen gran parte de culpa también, y siempre salen de rositas. Puede que sea culpa de Mou, que siempre se echa a la espalda todas las cargas. El lo ha querido y cada palo que aguante su vela. Pero hay que decirlo todo, y hay jugadores que no están dando la talla. Mou no es la alegría de la huerta en las ruedas de prensa, pero no se calla, y mucho menos ante los periodistas, y dice siempre lo que piensa dando la cara por el Madrid, algo que no hacen muchos que se consideran madridistas. Y los periodistas le tienen ganas. Hay rumores de que al final de temporada se marchará. Quizás sea lo mejor. No lo sé. A mi me gustaría que se quedara. Es el número uno. "The special one". O se le quiere o se le odia. Así se le fichó. Así es el. Y el día que no esté le echaremos de menos. Pero hay cobardes en el vestuario que airean los trapos sucios y le apuñalan por la espalda. Y ante eso, Mou está vendido. No cuenta con el respaldo de  todos los jugadores. No todos están a muerte con él, que es de lo que siempre ha presumido. Mal asunto. Y o se soluciona pronto el tema y se coge el toro por los cuernos o el Madrid arderá. Y mientras tanto, por favor, hablemos un poco de fútbol. Y de esa vuelta de los cuartos de Copa. El madridismo necesita ilusión. Y los madridistas nos ilusionamos con nada. Nothing is impossible.

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