De alianzas de civilizaciones

Su propio padre, dos hermanos y su antiguo prometido. Estos son los valientes asesinos de Farzana Iqbal, una joven de apenas 25 años y embarazada de cinco meses que ha muerto lapidada -o a pedradas, dicho en Román Paladino-, por su propia familia en Pakistán. Un demócrata país islámico del sur de Asia que defiende como ningún otro la igualdad de la mujer y los derechos humanos. Su delito: haberse casado con el hombre al que amaba. Un «crimen de honor», como así denominan los pakistaníes a este tipo de ajusticiamientos, y para más inri, frente a los tribunales de Lahore. Con este vil asesinato de cuatro cobardes que además salieron corriendo como las ratas, me viene a la cabeza la famosa Alianza de Civilizaciones. Aquél invento de Zapatero, que cumple diez años, que nuestro entonces presidente del Gobierno presentó entre loor de multitudes ante la ONU y que no dejó indiferente a nadie, por decirlo de forma suave. Una propuesta ridícula y repleta del buenismo, la demagogia y el populismo habituales de la Izquierda, con la que nuestro presidente defendía una alianza entre Occidente y el mundo árabe  y musulmán para combatir el terrorismo a gran escala, pero repartiendo caramelos y sin tener que disparar un solo tiro. Algún día, espero, alguien explicará semejante gilipollez, porque como dijo no se quién -probablemente Churchill, que vale para un roto y un descosido-  "lo que no puede ser, no puede ser, y además es imposible". Y encima repartiendo caramelos y arreglando puentes. De locos. Y es que mientras unos vivimos en el siglo XXI otros lo hacen en la Edad Media y sin intenciones de avanzar. Me acaban de confirmar que centenares de mujeres del Movimiento Femen se van a concentrar a lo largo del día de hoy en pelota picada y enseñando las tetas frente al Centro Cultural Islámico y Mezquita de Madrid, en el Barrio de San Pascual. Me cuentan que quieren realizar una enérgica protesta por este "incidente", como así lo han calificado. Lo digo con ironía porque no caerá esa breva. Pero seguro que sí que le lanzarán un tanga o un sujetador a la cara a algún obispo un día de estos, más pronto que tarde. Cosas de nuestra España querida. Porque en los países musulmanes los hombres son considerados los protectores y proveedores de las mujeres, los que las mantienen, "porque Alá ha hecho que el hombre sea superior a la mujer", Corán dixit. Y en España, mientras tanto, llamamos machista a Cañete, y por extensión al PP, porque dejó entrever su superioridad intelectual sobre la socialista Valenciano. Cosas de la Alianza de Civilizaciones

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