La Déchima

Por si aún no os habéis enterado, el REAL Madrid ha ganado su décima Copa de Europa, aunque mejor dicho, lo que ha conseguido es "La Déchima", como diría su entrenador, Carlo Ancelotti, "Carletto" para los amigos, con su suave y melódico acento italiano. La Déchima orejona. La Déchima copa de campeones de Europa. La Déchima. El trofeo por el que el club y sus millones de simpatizantes de todo el mundo -entre los que me incluyo- llevan suspirando los últimos doce años. Un vieja obsesión finiquitada. La Déchima ya está aquí. En casita. En el Santiago Bernabéu, su impulsor. Donde debe estar. Con sus seres queridos. Con los que más la quieren y la desean. Con sus nueve hermanos que la preceden. Bienvenida. La cuarta en color, que son las mismas que tiene el Barcelona, donde tanto se reían de las copas en blanco y negro de los cincuenta y sesenta, tan grandes y complicadas de ganar también. Aunque era otro fútbol y nos pilla muy lejos. Pero esta última, insisto, "La Déchima", no sólo ha sido en color sino además en HD. Y ahí ya les volvemos a ganar a los azulgranas. Siempre delante de ellos. Y es que por mucho "tiki taka" y "seny" que nos quieran vender como pensamiento único desde esa zona pequeñita en el nordeste de España que no pinta nada, como diría Guardiola, el REAL Madrid sigue demostrando, con menos de este tiki taka quizás en las botas, pero con otros muchos valores que forman parte de la historia y del abecededario del madridista, como la lucha y la entrega hasta el final; la Fe; la pasión; o el apego a una camiseta y a un escudo, que sigue siendo el Rey de Europa. Ya lo dice el nuevo himno de la Déchima. El Madrid "es la lucha y la belleza, el grito que aprendí... "La Déchima". No me cansaré de repetirlo. La Déchima. La Déchima... Que número tan bonito el diez. El de los grandes jugadores. La máxima nota que se puede alcanzar en un examen. Un número perfecto. Doble. Que no da por terminado algo, sino que inicia una nueva etapa. La Déchima.
La Déchima de Carletto, el hombre que fichó el Ser Superior para lograrlo. El Pacificador. The "Pacific" Man, in my english. La Déchima. La de Sergio Ramos. El gol del camero no fue el de la victoria, que suele ser el que queda para la posteridad, pero es que sin su cabezazo en el descuento -y qué chicharro- que forzaba la prórroga y mataba psicológica y físicamente al bravo Atlético, no hubiera sido posible lograr la orejona. Un golazo con alma, que rematamos juntos todos los madridistas. Pero es que sin sus dos goles en la vuelta de la semifinal de Munich, que abrieron el camino de la goleada, quizás tampoco hubiera sido posible estar en Lisboa. Porque sin su lucha y su entrega hasta el final, su Fe en la victoria, su pasión en cada jugada y su apego al escudo y a una camiseta universal, hubiera sido imposible colocarle a la Diosa Cibeles la bufanda blanca y llevar la Déchima a las vitrinas del coliseo del Paseo de La Castellana. La Déchima. La de Florentino, ese empresario casi marciano para muchos que se hizo de carne y hueso levantándose en el palco del estadio La Luz para gritar y alzar los brazos como un hincha más para celebrar el gol de Ramos. Un Ser Superior, como diría Butragueño, que sólo tiene dos orejonas como presidente, pero que es el mejor director deportivo que ha tenido el Madrid, con permiso de Bernabéu, que sólo tuvo un lunar en su carrera, no fichar al mítico Eusebio porque era negro. La Déchima. La de Ronaldo, máximo goleador histórico en una edición de la Champions con 17 dianas; la de Benzema, Bale, Isco, Modric, Xabi Alonso, Marcelo, Coentrao, Varane, Pepe... Que bien suena la música cuando en una orquesta hay un director que dirige y unos buenos músicos que saben lo que tocan, cómo y cuándo deben hacerlo. La Déchima. Gracias REAL por conseguirla. Por hacerme llorar, reir, sufrir y disfrutar. Por hacerme sentir parte de algo grande. Y ahora, a por la Undéchima. Porque ya lo dice el himno de los jugadores que se ha puesto de moda: Real Madrid: "la historia que tú hiciste, historia por hacer, porque nadie resiste, tu ganas de vencer...Madrid, Madrid, Madrid, Hala Madrid, y nada más y nada más, Hala Madrid".

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