El buen tiempo
Lo del tiempo y la meteorología es un escojone. Vale para un roto y para un descosido. Te sirve para pasar el trago cuando te encuentras en el ascensor con alguien que no conoces y no sabes de que hablar, pero también te da la posibilidad de contemplar el mundo en que vivimos y a los que nos acompañan. El caso es que llevamos un invierno un tanto desapacible. No ha hecho frío pero sí desagradable por los continuos temporales, especialmente en el norte de España, donde no dan abasto y están hasta los mismísimos huevos, o dídimos, y eso que están acostumbrados a no ver el sol como los de la meseta, el sur o el levante español. Pero hoy, por fin, lo han visto. Bien brillante y en todo lo alto. También aquí, en nuestra Castilla, y se nota en el trasiego de gente por las calles y plazas. Porque el buen tiempo es lo que tiene, te cambia la cara y el temperamento y te anima a salir a la calle a lucir tus mejores galas. Me cuentan que en Coruña hay un fulano que ha llegado esta mañana a casa después de tres meses de ausencia. El muy cachondo salió de copas la semana antes de Navidad con varios amigos para celebrar las fiestas que se avecinaban y le dijo a la mujer que volvería cuando saliera el sol. Total, que se ha presentado esta mañana en casa, el jeta. Pelillos a la mar. El caso es que cuando sale el sol, uno aprecia la singularidad de la gente. El buen tiempo saca a la calle a los tipos más variopintos y singulares. Está el optimista por naturaleza, que en cuanto ve un rayo de sol sale en bermudas y en chanclas, en el caso de ellos, o en tirantes y sandalias, si son mujeres. Con un par. Unos por vagancia y las otras, para ir cogiendo algo de color de cara a las comuniones de mayo. Los días primaverales también te encuentras al listo, o mejor dicho, al pesado de turno que te abrasa con el refranero español. Que si "Sol de marzo, sol que pesa un mazo", que si "cuando en marzo mayea, en mayo marzea". "Que si en abril aguas mil". "Que si marzo ventoso y abril lluvioso dejan a mayo florido y hermoso", "Que si a ver si nieva porque año de nieves año de bienes", que si...- ¿Qué sí..? ¡tu puta madre, pesao! déjame en paz. Y cuando hace bueno también te puedes encontrar al pesimista. Un consejo: hay que huir de él. Como sea. Por lo civil o por lo criminal. Porque como me decía el de los refranes, todo se pega menos la hermosura. El pesimista te amarga el día. "¿Qué bueno hace hoy, eh! ya verás, ya verás esta noche, luego refresca, y te coges una pulmonía". O también, cuando te advierte, firme y convencido: "Verás que cuando se pasen estos días, nos vamos a congelar otra vez. Va a hacer más frío que antes y nos va a caer encima la del pulpo". Pues eso, el buen tiempo
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