El balón de Ramos

Estoy en un sin vivir. Llevo desde la madrugada del miércoles buscando el balón del penalti de Sergio Ramos y no le encuentro por ningún lado. He mirado por todos los sitios, pero da igual. He llamado a la NASA, pero no me entienden. Tengo que perfeccionar mi inglés, por cierto. Se me ha quedado un poco obsoleto. Es un inglés muy particular el mio. Colonial. Pero quizás fueron los nervios por tener noticias de ese balón, al que parece que se le ha comido la tierra, lo que me impidió una mejor comunicación con los americanos. Al fnal, les acabé mandando a tomar por el culo. Y en español. Para que no se diga. Para patriota yo. A mi me van a tocar los cojones los yankis. A mis treinta y tantos. Pero, bueno, el caso es que sigo sin tener rastro alguno de ese esférico. Era redondo en sus inicios, aunque seguramente haya perdido ya su forma y puede que se parezca más a un melón en estos momentos, suponiendo que siga con vida. Espero y deseo que sí, Si no, no sé que va a ser de mi.  No quiero ni pensarlo. He contactado con la Fundación del Real Madrid para comprobar si sabían algo de ese balón. ¿Qué balón? me han contestado preguntándome. Pues el que usó Sergio Ramos para lanzar el penalti el otro día contra el Bayern de Munich, les insistí, amablemente con más pelos que señales, como el que no quiere la cosa. Así, sin más. De sopetón. Pero me colgaron directamente no sin antes acordarse de mi pobre madre, que digo yo que que culpa tendrá en este asunto, cuando por cierto no le he dicho nada del tema ni de mi incesante búsqueda. Mejor así, que no sepa nada, para que no se preocupe, que ya se sabe como son las madres. Necesito vuestra ayuda. Soy pobre así que no puedo ofrecer ninguna recompensa, salvo mi aprecio y mi cariño de por vida al que me ayude a encontrar ese balón. Cualquier dato me vale. Estoy en un callejón sin salida. Me han dicho que lo han visto por La Castellana, pero que un niño, negrito para más señas, se hizo con él rápidamente y se lo llevó para casa. También me ha llegado a través de whatsapp que han visto un objeto volador no identificado que anda pululando de Móstoles a Alcorcón sin sentido ni orientación buscando un destino que no parece llegar nunca. Chorradas. El mensaje era anónimo y seguro que me está vacilando. No le he hecho caso. Me he cagado en su puta madre, en otro orden de cosas. También he oído que en la India se ha estrellado una avioneta a causa de un golpe con algo que no me han sabido explicar muy bien lo que era. Lo han catalogado como Expediente X. Están en ello dos agentes especializados en objetos extraños y causas paranormales. Los agentes especiales Clarice Starling y Patricio de la Torre. Tienen buen curriculum ambos. He intimado más con Patricio, mexicano de nacimiento, por aquello del idioma, pero no me ha sabido concretar nada. Al menos, los dos pilotos de la avioneta han logrado salvar la vida lanzándose desde un paracaídas, según me cuentan mis espías hindúes. Pero sigo sin saber donde está ese dichoso balón. Y necesito encontrarle como sea. Hoy no he ido a trabajar. Me he pedido el día para proseguir con su búsqueda. Le he dicho a mi jefe que me dolía la espalda y tenía algo de cagalera. Pero, ahora que lo pienso, ¿seré imbécil? Eso no se lo cree ya nadie. Es una excusa muy manida. Seis de cada diez españoles que no acuden a su puesto de trabajo esgrimen que les duele la espalda y que han ido al baño varias veces. Estoy perdiendo credibilidad. En fin, os dejo. Reanudo mi búsqueda. Tengo una llamada perdida desde Barcelona. Y algo me dice, que esta pista puede ser buena. Así que nada, estamos en contacto. Os dejo la última imagen de que dispongo del balón, para que tengáis más datos por si le encontrárais de casualidad. Gracias de antemano.

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