Violencia policial

El Ejecutivo socialista de Patxi López, en las Vascongadas, prepara un decreto por el cual se pretende indemnizar, con el dinero público de todos los vascos y vascas, pero también del resto de españoles, a los terroristas  "víctimas" de la violencia policial entre los años 1968 y 1978. Hasta 400.000 euros podrán recibir algunas de estas hermanitas de la caridad o familiares del hacha y la serpiente de nuestros bolsillos. Se me caen los pelos del sombrajo, como diría mi madre. Y alrededor de 140 los asesinos o familiares que se beneficiarán de ellas, según datos de los propios abertzales. Repugnante. Me estoy acordando de De Juana Chaos,  asesino de 25 personas por las cuales ha cumplido 18 años de cárcel y actualmente en paredero desconocido y víctima de la excesiva violencia policial de Rubalcaba y compañía. El fulano, autor de frases como "Me encanta ver las caras desencajadas de los familiares en los funerales" o "Aquí, en la cárcel, sus lloros son nuestras sonrisas y acabamos a carcajada limpia", se declaró en huelga de hambre cuando fue condenado de nuevo en 2006 por dos artículos de exaltación al terrorismo en el diario Gara. Mientras estuvo sin comer -cosa que es mentira porque se metía al cinto jamón york y el que no es del york muy de vez en cuando al día-, el hijo de la grandísima puta se follaba a su novia en la camilla del hospital bajo la atenta mirada -supongo- de algún guardia o vigilante. Violencia policial. O el famoso chivatazo del bar Faisán, cuando el 4 de mayo de 2006 supuestamente un mando policial, haciendo caso a su jefe, el ex candidato socialista pero nuevo secretario general del PSOE, se pasó de la raya diría yo, con excesiva violencia y contundencia, avisando al dueño de ese local para que dijera a los diez terroristas que en esos momentos se encontraban dentro que se las piraran ipso facto, ya que si no iban a entrar los 'txacurras' a detenerlos. Violencia policial. Asqueroso. Es lo que hay, por desgracia, en un país enfermo y enfermizo, en el que se permiten este tipo de crímenes de Estado, que es lo que son, y en los que suelen pagar algún cabeza de turco, mientras los verdaderos responsables se marchan de rositas y con los bolsillos llenos y a costa, por desgracia y es lo que más duele, de la dignidad y el abandono a las verdaderas víctimas, que son las del terrorismo.