Y sale el sol, chipirón

No sé a vosotros, pero a mi se me está haciendo este invierno eterno. Infinito, como las soluciones de las ecuaciones matemáticas en mi etapa de la EGB, que siempre daban infinito. Ya sé que estamos en primavera, pero solo en el nombre, porque aún no me he quitado el plumas, al que agradezco su contribución porque le estoy sacando más que provecho este año. Se ha ganado unas vacaciones.
El caso es que tampoco es que haya hecho mucho frío que digamos, de esos de tiritar y castañear los dientes o de que te salgan sabañones, salvo un par de semanas y separadas en el tiempo. Pero no ha habido un puto día en condiciones. De esos que cuando te levantas, subes la persiana y abres la ventana, dices, hoy sí. Hoy sí que sí. Ayer no, pero hoy, sí. Y haces hop desde la cama, y ya no hay stop. Te levantas dando un salto mortal y llegas hasta el baño pegando volteretas por el pasillo. Y es que durante cinco interminables meses, el agua, el viento y las nubes han sido nuestros compañeros de viaje. Inseparables. Unos brasas. Cansinos. Y que yo sepa no les debo dinero. Ni un jodido día ha salido el sol, chipirón. Pero hoy sí lo ha hecho. Y la cara se me ha iluminado. Se ve la vida de otra manera. Hoy sí es primavera, bienvenida, dicho sea de paso.
Dicen que en la Europa del Este y en Escandinavia se producen más suicidios. Normal. Allí tienen más horas de sombra que de sol al año. Lo más interesante que le puede ocurrir a un noruego o a un finlandés en la cama es que se caiga de ella. Pero en España es otra cosa. Llevamos la alegría en la sangre y el sol en el cuerpo. Cuando brilla el sol, somos más felices, está comprobado. Y hoy, por fin, el astro dominante se ha dejado ver. Nos echaba de menos. Pero lo mejor de todo, es que tiene pensado quedarse entre nosotros un poco más. Al menos este fin de semana. Y con eso me vale de momento. Porque este fin de semana es especial para los que somos de Peñafiel. La peña más fiel de Castilla está de fiesta. Se va de marcha. Sin complejos. Porque hay ganas, tras una Semana Santa intensa en lo religioso, pero no en lo pagano. Y con el sol arriba, brillando en todo lo alto, protegiéndonos y dándonos calor, junto con nuestro castillo, que nos abraza cada día, llueva, truene, abrase o caigan chuzos de punta. Los peñafielenses tenemos este fin de semana marcado en rojo en el calendario. Y algún turista también, que ya me he enterado. Se celebra la undécima Concentración de Charangas. Un clásico ya. Más que un Madrid-Barsa o un Veteranos del Atlético Peñafiel contra los Veteranos de Robledo de Chavela, que por cierto juegan este domingo en La Cañada, para completar el finde. Dieciséis grupos amenizarán las calles del pueblo. La mayoría de la zona, aunque también las hay de Segovia, León y Castilla- La Mancha. Y se espera buen tiempo. Así que nada, ánimo y destino a Peñafiel. No te defraudará. Volverás.

Comentarios

Entradas populares