De castas y tuits

Lo de twitter en los últimos días es un escojone, a pesar de que la situación de España no está ni mucho menos para bromas. Pero me parto de la risa con muchos de los tuits y memes que se envían a esta red social que algunos han definido como la tumba de la inteligencia. Sobre todo me hace gracia lo mal que sienta entre los afines al partido de Pablo Iglesias que se convierta en tendencia algún hastag sobre cualquier tema que les meta un poco el dedo en la llaga. Ejemplo: #inventatuministeriopodemita, que surgía al hilo de la cachonda y humillante propuesta de pacto que le hacía el ''vicepresidente'' Iglesias al PSOE la semana pasada. No lo pueden soportar e intentan darle la vuelta al asunto y llevarlo a su terreno con teorías de todo tipo. Es como al que le gusta gastar bromas y reírse de ellas a costa de los demás pero cuando se las gastan a él se mosquea. Me parto. Aunque a decir verdad, lo que más me inquieta y me molesta también es ese odio y ese rencor hacia a España y hacia todos los que no piensan como ellos, que se desprende de la mayoría de los tuits y retuits que se lanzan bajo el anonimato, que esa es otra. Pocos dan la cara y la mayoría se esconden detrás de no se sabe muy bien qué. Tengo la sensación, seguramente equivocada, de que estos de Podemos se han creído que son los salvadores de la patria y que están por encima del bien y del mal. Como por ejemplo, para defender la contratación del hijo de una militante podemita de Ahora Madrid por parte de la alcaldesa madrileña -tercer caso ya- esta vez para Calle 30, una sociedad público-privada que gestiona la vía de circunvalación de la capital de España, los de Podemos se escudan en que el elegido se lo merece más que nadie por participar activamente en las asambleas del partido mientras que, por el contrario, los amigos o familiares ''enchufados'' del PP y del PSOE se beneficiaron de cargos por comer canapés en el palco del Santiago Bernabéu. Y que al tratarse de unos cargos de confianza, pues eso, que necesitan personas de confianza. O sea, que el amiguismo de ellos estaría permitido y el de los demás no. Son de otra casta. Pero lo que ocurre en twitter es también un claro ejemplo de lo que está empezando a pasar en la sociedad. Un creciente y preocupante frentismo entre la derecha y la izquierda. Viejos vicios que creía olvidados. Oigo en tertulias de que los españoles en asuntos de política estamos ya maduros, pero me parece que no tanto cuando no dejo de observar e incluso e comprobar en primera persona que cada vez es más difícil poder hablar de política y mucho menos entre amigos y familiares. ¿Es esto la nueva política? Pues que Dios nos pille confesados. Creo que gran parte de culpa la tienen algunas cadenas de televisión que todos tenemos en mente y que también se creen que son de otra casta y que están por encima del bien y del mal. Grupos mediáticos dirigidos por empresarios extranjeros que se están lucrando mientras los españoles nos depellejamos vivos.

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