Carta a Elia C.
Querido Elia C.
Los días 2, 3 y 4 de octubre celebramos en Peñafiel la fiesta de la
vendimia. Pásate por aquí que te invitamos a unos vinos de la Ribera del
Duero y seguro que se te pasa ese mal rollo y cabreo que tienes encima.
No lo dudes, vente a Peñafiel a principios de octubre. Te lo pasarás muy
bien y lo mismo acabas cantando tú también el Chúndara, que me he
enterado que tienes una voz entre la de contralto y la de barítono que
marida muy bien con las notas del pasodoble La Entrada, que como bien
sabrás porque te has documentado, es también nuestro renombrado
Chúndara. Podemos, incluso, mantener un conversación entera y no semi
como la que tuviste en tu anterior visita a nuestra Villa, y limar
asperezas. Que la vida son dos días y no merece la pena enfadarse tanto.
Que un mal día lo tiene cualquiera y muchas veces -y sé lo que digo
puesto que me dedico a ello- son las manos y no el cerebro las que
dirigen nuestros impulsos y movimientos. Son los dedos, también,
ansiosos por contar algo ante la falta de ideas, los que se dirigen con
contundencia e inusitada fiereza en muchas ocasiones hacia el teclado
sin saber muy bien el porqué. A mi también me ocurre a veces y escribo y
escribo sin parar hasta que, como Forrest Gump después de estar tres
años seguidos corriendo- de repente ordenas a las manos y a los dedos
que paren tras un tiempo de frenesí. Si no puedes venir a Peñafiel en la
fiesta de la vendimia, vente otro día para que puedas comprobar in situ,
en primera persona o en directo, lo garrulos que somos, pero también
verás que somos buena gente y que no guardamos rencor a nadie. Ya lo
dice el propio nombre del pueblo: Peñafiel, la peña más fiel de
Castilla. Porque también somos personas dialogantes, respetuosas con las
opiniones de los demás e incluso capaces de cambiar de opinión si nos
convencen con -y valga la redundancia- con convincentes argumentos.
Somos, ante todo, unos demócratas. He leído atentamente varios de tus
interesantes artículos o posts, como se dice ahora. Textos en los que
desgranas, con soltura y agilidad, y con una prosa acrisolada que rebosa
riqueza tanto en términos como en descripciones, temas de actualidad y
que interesan a la gente. Pero noto cierto desasosiego y acritud en tus
palabras. Disparas hacia todo lo que se mueve con demasiada ligereza y
esparcimiento. Son malos tiempos para la lírica. Y me gustaría
aconsejarte, como compañero juntaletras que compartimos con pasión el
idioma de Cervantes, no tanto resquemor y regocijo, y sí algo más de
sensibilidad y delicadeza. Y vente a Peñafiel cuando quieras. Sin
complejos. Y pelillos a la mar
.http://susabornaranja.blogspot.com.es/2015/08/el-chundara-de-penafiel.html?m=1
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