La marca España

Esta mañana he visto un reportaje en la tele que me ha puesto la piel de gallina. Hasta casi me pongo a llorar de la emoción. Los pelos como escarpias de orgullo patrio. Era una información para pensar y reflexionar sobre nuestra querida España. Un reportaje repleto de vitalidad. De optimismo. Esperanzador. De lo que somos los españoles y lo que representamos en el mundo. Per,o sobre todo, de lo que somos capaces de hacer, porque, entre otras cosas, ya lo hemos demostrado antes. De nuestros valores y fortalezas. Que son muchas, por cierto. Más de las que pensamos. Nada de gente rebuscando en la basura para poder comer, como le gusta mostrar en sus páginas a la amarillista prensa anglosajona para mofarse de nosotros. Ni menos aún de calles y plazas tomadas por indignados o independentistas destrozando mobiliario urbano, quemando banderas españolas, o combatiendo contra la policía. Tampoco imagen alguna de robin hoodes de pacotilla y pañuelo palestino al cuello asaltando supermercados. El vaso de este reportaje se ve medio lleno. No medio vacío, como estamos acostumbrados a verlo en los últimos tiempos. Apenas tres minutos han bastado para despertar en mi interior la necesidad de salir a la calle a comerme el mundo. A gritar ¡Viva España y viva la madre que nos parió! Y, ya de paso, a contarlo aquí, en este humilde blog, que tengo un tanto descuidado últimamente. Es la marca España. Lo ha dicho el rey en India -donde por cierto, se han llegado a nuevos acuerdos comerciales muy interesantes para España- y la gente se lo ha tomado a pitorreo: "Desde fuera, España se ve mejor, sales más contento de la imagen de España. Dentro, dan ganas de llorar, todo son penas, pero tenemos que sobrellevarla". Más razón que un santo, aunque algunos malinterpreten como siempre estas palabras, realizadas con buenas intenciones. Pero luego matiza: "Cuchillo, sonrisa, y para adelante".  Pues eso. La información del reportaje de esta mañana apelaba un poco a eso que decía nuestro Rey, que es lo mismo que decir sacrificio, imaginación, talento y esfuerzo. Y ensalzaba nuestras virtudes que son más que nuestros defectos. El espejo a seguir. Se daban nombres como Inditex o Amancio Ortega, como la selección española de fútbol, como los Gasol, Fernando Alonso, Rafael Nadal, Ferrán Adriá and company and boys... Y ponía ejemplos de donde España es líder y puntera, como en la Alta Velocidad ferroviaria, en las nuevas tecnologías aplicadas a los móviles, en la aeronaútica, en las energías renovables, en el turismo y la gastronomía..., pero, sobre todo, en solidaridad. Ahí no nos gana nadie y ni nos ganarán nunca. Y es que, pese a todo, los españoles somos buena gente, además del primer país del mundo en donaciones de órganos. Los primeros que ayudamos cuando hay catástrofes humanitarias o medioambientales: Haití, el Prestige... Ahí esta la magnífica labor de nuestros soldados en zonas de conflicto. La Unidad Militar de Emergencia (UME) siempre ahí velando por nuestra seguridad y jugándose la vida. Tuvimos una transición hacia la Democracia ejemplar. Todos los españoles unidos y remando juntos hacia un mismo objetivo y destino. La marca España. En la que todos cabemos y en la que el 'juntos podemos' no es ninguna quimera.