La que se avecina

Pues sí. La que se nos viene encima. Tras lo vivido ayer en toda España y, en mi caso, desde Valladolid, he de decir que ya no entiendo nada. O lo entiendo todo. La huelga general me deja una sensación rara y desigual. Por un lado, creo que la convocatoria resultó un fracaso y que la gran mayoría de los ciudadanos que todavía tienen la suerte de tener un empleo acudieron a su puesto de trabajo. Sobre todo, el pequeño comercio, el más afectado por la crisis, y del que nunca nadie se acuerda. Pero por otra parte, me sorprendieron las multitudinarias manifestaciones que hubo por la tarde en toda España. Para tomar nota. Esto me deja varias reflexiones: la primera, que la gente acudió a trabajar porque considera inútil y perjudicial una huelga en la situación actual porque no están las cosas como para hacer el chorra. Y la segunda: que mucha gente le está diciendo al Gobierno de Rajoy que no está de acuerdo con la reforma laboral. O una tercera vía, la que defienden los sindicatos: que la gente acudió en masa a las protestas de la tarde porque por la mañana tuvieron que ir muchos a trabajar, aunque no querían, por miedo a ser despedidos. ¿Y ahora qué? Pues eso nos preguntamos todos. ¿Ha servido para algo la huelga? ¿Dará marcha atrás el Gobierno a la reforma laboral? ¿Continuará la agitación en la calle? A la primera pregunta respondería que la huelga para lo único que ha servido es para que España sea un poquito más pobre hoy. Mientras que a la segunda cuestión, diría que el Gobierno no va a dar marcha atrás ni por el forro. Entre otras cosas, porque no puede. La UE dirige nuestra política económica, mal quenos pese. Por lo tanto, y como consecuencia, la respuesta a la tercera pregunta es que sí. Que habrá agitación en la calle. Nos acercamos a Grecia. Porque es en la calle donde la izquierda se mueve como pez en el agua y donde puede recuperar el crédito perdido. Así que se nos avecinan meses intensos y habrá que rezar para que la reforma laboral salga bien y se empiece a crear empleo, porque si no, lo del país heleno será una milonga al lado de lo que puede ocurrir en España el próximo año, si no desciende el desempleo y con la izquierda haciéndose con el poder de la calle. Casi na.

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